Además el mercurio tiene un potencial considerable de autolimpiarse. Dejando mercurio en una botella y bajo agua durante algunos días, una gran parte de las impurezas suben a la superficie del mercurio. Sacudiendo la botella, y lavando el mercurio con agua limpia, las mismas entran en suspensión y pueden ser eliminados fácilmente. Repitiendo este proceso varias veces durante dos o tres veces, se obtiene un mercurio bastante limpio.